Todo arranca de las desavenencias entre mi mujer y yo. Ella insiste en tener total acceso al uso que hago de mi móvil. Yo no tengo inconveniente, pero no quiero tener que estar pasándole las facturas, y los listados de llamadas que es lo que ella quiere, cuando se le ocurre.
Me enfada tanto que decido romper el contrato familiar y de paso que ella pague sus llamadas, tenemos cuentas separadas, y que así se modere, que son años de pedirle moderación.
El primer fallo del operador es que la confirmación del asunto se la envían a mi mujer por SMS y no a mí, que soy el titular de la línea. Tengo la discusión antes de llegar a casa, y en un momento que yo no he escogido, pero el proceso sigue adelante.
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