Dia 4

Como sigo recibiendo mensajes de cambio de clave, me paso por una tienda de Vodafone, acceden a recoger mi parte de la documentación y guardar todos los papeles con mi firma y le digo a mi mujer que pase a firmar.

Dos semanas después paso a averiguar como está el asunto y como ella no ha pasado, recojo la documentación. Me hablan de la posibilidad de una baja temporal, y de nuevo la posibilidad de denunciar el robo.

¡Gracias a quién aceptó custodiar la documentación! y me la devolvió después.

Llamo inmediatamente a la compañia y rápidamente compruebo que la clave para la gestión del móvil se la pasan por salva sea la parte. Protesto y la llamada se corta oportunamente para ellos.

Vuelvo a llamar y el empleado que me atiende me dice que puedo gestionar el cambio de titular en ese mismo momento y por teléfono si tengo todos los datos del nuevo titular. Lo hago y quedamos en que unos tres días debería de recibir un mensaje confirmando el cambio. Me quedo satisfecho por la efectividad de la gestión, con una sensación de vacío por que es un paso más en el proceso de separación, y también me quedo aterrado porque lo que yo he hecho de buena fe, otro lo podría hacer con menos equanimidad.

Dia 3

Saltándose todos los posibles protocolos de seguridad y confidencialidad del operador mi mujer consigue pedir la portabilidad a otra compañía. Aquí no falla solo el operador, sino también el mecanismo de comprobación alternativo que el segundo operador debe de utilizar para comprobar la autenticidad de la petición.

El operador reacciona ofreciéndole un teléfono móvil gratis a cambio de un compromiso de permanencia de 18 meses. Esta información me la ha proporcionado el operador.

El operador transige con que la entrega del nuevo móvil se realice en un domicilio diferente del domicilio de facturación.

Yo recibo un mensaje en mi móvil notificando que la entrega se realizará en mi domicilio. Llamo al operador y me dicen que no preocupe, que no me afecta y que el teléfono se entregará en mi domicilio.

Pues sí que me afecta: el teléfono se entrega no se sabe donde y el compromiso de permanencia está a mi nombre, cosa que no me comunican.

Me vuelvo a quejar de que me encuentro en una situación muy vulnerable porque mi mujer conoce todos mis datos y me replican que la solución, parcial, evidentemente es poner una contraseña, un númreo clave, para poder gestionar el móvil.

Dia 2

Una vez separados de hecho, sigue pidiendo el acceso a sus facturas, auqnue parece que el operador ya comtempla esta posibilidad.

De vez en cuando recibo oleadas de mensajes en mi móvil comunicándome mi nueva clave de acceso: el procedimiento del operador cuando te olvidas de la clave es que pulses un botón y te envía una nueva al móvil.

Ese procedimiento está muy bien cuando es tu clave la que has olvidado, pero es una agresión cuando otro utiliza ese procedimiento con tu móvil. Últimamente han puesto un captcha

Dia 1

Ya más adelante mi mujer sigue pretendiendo ver sus facturas, pero como su teléfono sigue a su nombre y se niega a asumir su titularidad, pues me sigue pidiendo mi clave de acceso. Yo me limito a pasarle sus facturas y a ofrecerle mi colaboración para que asuma la titularidad.

Dia 0

Todo arranca de las desavenencias entre mi mujer y yo. Ella insiste en tener total acceso al uso que hago de mi móvil. Yo no tengo inconveniente, pero no quiero tener que estar pasándole las facturas, y los listados de llamadas que es lo que ella quiere, cuando se le ocurre.

Me enfada tanto que decido romper el contrato familiar y de paso que ella pague sus llamadas, tenemos cuentas separadas, y que así se modere, que son años de pedirle moderación.

El primer fallo del operador es que la confirmación del asunto se la envían a mi mujer por SMS y no a mí, que soy el titular de la línea. Tengo la discusión antes de llegar a casa, y en un momento que yo no he escogido, pero el proceso sigue adelante.