Al día siguiente de la "tramitación telefónica de la baja" el móvil de mi mujer ya no aparece a mi nombre en la web del operador y una serie de recriminaciones de ella me hace pensar que ya se ha enterado de la maniobra: nunca llueve a gusto de todos.
Unos días más tarde llamo al operador y la empleada me dice que no puede hacer nada que ese número no está a mi nombre. Lo dice como lamentándose de no poder atenderme, y yo le contesto que no se preocupe, que lo que me ha dicho es suficiente.
Resulta evidente que mi mujer recibió el mensaje que habían prometido que me enviarían a mí.
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